sábado, 28 de marzo de 2015

LO PERFECTO DE LO IMPERFECTO



Es así nuestra vida. Alguien nos da  un libro en blanco  por escribir y una pluma para hacerlo. Cada página de ese libro se va escribiendo con nuestro devenir. Y vamos llenando con sentimientos, tinta y palabras las hojas de papel.
Los nuestros contienen las mismas páginas, redactadas cada día con trazo firme y exquisita caligrafía. Tienen el mismo contenido, porque somos dos pero somos uno.  Muchas en blanco todavía. Y otras ya escritas pues recogen lo acontecido. Reflejan lo ya vivido.
Somos un verso incompleto, que está sin terminar. Haremos nuestro el poema.  No fue un descuido, tampoco un olvido, es la forma de crear, para dar sentido al significado de amar.
Nada es fácil en los sentimientos. Las dudas corroen. La ilusión no basta. Y surge el miedo. Miedo al dolor sentido y producido. Miedo a volver a equivocarse. Y a la par surge  el deseo de querer, y saber, que es lo mejor que se puede tener. Y todo pasa a un segundo plano. Todo deja de ser  importante como se creía. Y la magia surte su efecto.  Y las cosas cotidianas dejan de serlo.
Todo es imperfecto. La vida, los sentimientos, el amor, nuestros actos, nosotros. Todo lo es. Pero hay pocas cosas tan atractivas como la imperfección, asumida como valor y motivo de búsqueda de lo contrario a ella, aún a sabiendas de emprender una batalla perdida.
Somos imperfectos. Tu y yo. Y ahí radica nuestro reto. Es la lucha diaria para mantener viva la llama que nos une. Es no darse nunca por vencido a pesar de las dificultades del camino emprendido. Es saber que un triunfo cada día representa estar más cerca de conseguir la felicidad soñada. Es vivir con el objetivo de no dejar morir lo que nos da la vida. Es quererte  a sabiendas de que no habrá primaveras eternas, pero si la convicción de sortear cada piedra en el camino. Es comprender a quien te ama y amar a quien te comprende.

Es al fin, buscar  la perfección de lo imperfecto.

Clochard