domingo, 15 de febrero de 2015

SOBRE BUSCAR Y ENCONTRAR



No se como empezar esta suerte de palabras.
Tampoco las quiero enlazar, ni rimar, ni explicar. En un poema plasmaría lo que quiero expresar. Y sería más fácil pues todo cabe en unos versos aunque, como tantos, sean imposibles de descifrar. Pero no es el caso así que… voy a comenzar.
La vida siempre guarda sorpresas y Tu fuiste una. Inesperada y desconcertante, al principio.  Adictiva y hermosa después. Viste en mi lo que nadie vio, o si lo vieron de poco sirvió y me diste algo que  no conocía a pesar de desearlo. Pues sabia de su existencia, pero es una teoría me decía. Y la duda estaba, pues lo veía. Lo veía en miradas ajenas, en gestos sin importancia de gente que no conocía, que indicaban que no era un mito. Existe, pero solo para una minoría. O quizás yo este maldito.  
Y los días pasan confirmando la realidad. Y es curiosa mi suerte pues nada podía esperar. Cuando todo lo das por perdido. Cuando crees que ya no  es tiempo y la esperanza duerme, dejando de buscar. Y una vez mas en mi vida, se cumple una máxima que no es la general. Lo que tanto deseas no vas a encontrar, deja de buscar y llegara.
A veces hablamos de lo extraño que es esto. Amarnos de la forma en que lo hacemos. La conexión que nos une que trasciende a nosotros. Las dificultades que entraña y sin embargo está. Cada día mas fuerte. Tu lo sabes y lo vives como yo. Y seguro que mas de uno se reirá. Pero nadie sabe lo que es esto si no lo vive. Y no pretendo dar lecciones sino, tan solo contar. Y saber diferenciar entre una pasión desbocada y amar en igualdad con la misma intensidad. En dar sin esperar  y disfrutar al hacerlo. En recibir sin esperar y descubrir por que te dan. Parecen tópicos hasta que lo vives. Y entonces te das cuenta de que no se llora siempre por dolor. Que, a veces, se hace al ser feliz. Y entonces sabes que todo lo que arrastramos con nosotros no es importante. Que es bueno andar ligero de equipaje y estar dispuesto a vivir en cada momento de nuestra vida. Que no tiene nada que ver ni con la edad ni con lo que nos sujeta a las rutinas de cada día. Que le pierdes el miedo a todo por que merece la pena perderlo. Que harías cualquier cosa por la persona amada por encima de palabras y frases hechas. Y a la vez sabes que lo harían por ti. Que no pretendes cambiar nada de quien esta a tu lado por la misma razón que no quieres que te cambien a ti. Y lo comprendes y lo aceptas. Por que la capacidad de querer te hace modificar lo que considerabas inamovible, de una forma natural y sin ninguna imposición. Tu lo sabes y me lo has demostrado.
Comprendes que se hace el amor de mil y una formas sin hablar de sexo. Con una mirada de  cariño sin que la otra parte lo vea, con una caricia, con un abrazo, con gestos que puedes ver en gente muy mayor, a los que supones toda una vida juntos con lo que eso conlleva y que se dan un beso o la mano con el mismo cariño que si tuviesen 25 años,  con los gestos espontáneos que te provocan una sonrisa y un pensamiento del tipo “Me l@ comería a besos en este momento”.
Y comprendes que cuando llegan las dificultades, los roces, y las desavenencias siempre hay algo que esta por encima y que los dos tenemos. Algo por lo que cada día merece la pena ser vivido. Algo que es mas fuerte que cada uno de nosotros individualmente y que cuidamos con esmero y delicadeza para que crezca como un hijo al que se adora. Ese algo que tiene nombre y se llama amor te empuja a estrechar entre tus brazos a la persona que amas, aunque en esos momentos lo que te pide el cuerpo es otra cosa. Y eso, esos gestos fortalecen y unen mucho mas que cualquier otra cosa.
Es fácil decir te amo. Es fácil dejarse llevar por emociones primarias. Lo difícil es encontrar lo que siempre se ha buscado. Y una vez que lo encuentras, si tienes esa suerte y es compartido, cuidarlo como el regalo mas preciado que la vida te puede ofrecer.

Por ti y para ti

Clochard

jueves, 12 de febrero de 2015

DUERME MI NIÑA



Duerme mi niña
Deja que tus sueños crezcan. 
Libera tus pensamientos. Paséalos por el jardín de este otoño sin fin. Son ligeros como el aire. Llenos de luz como la estrella. Fuerte eres, empuja al abismo entonces, todo lo que no es tuyo
Te enviare a Juan Salvador Gaviota a que te traiga hasta mi playa. Flotarás sobre la cresta de las olas. Te posándote sobre la arena,  como  pluma que mece la brisa. 
Déjame que te espere y espérame. Es largo el camino, arduo, difícil, pero no oscuro, tiene luz en su fin. Y yo, la determinación de caminar. 
Contare los granos de arena en el reloj de la vida. Lo volteare cuantas veces sea preciso hasta encontrar el número exacto. El número que abrirá el cristal como un diamante sin cuerpo. Dentro estas tu. Dentro estoy yo
Déjame que te ame y ámame. Como el día quiere al sol. Como la noche la oscuridad. Estando sin estar. Siendo sin ser. 
Déjame que te libere, de las huellas del pasado. De fantasmas con sabana blanca, o de carne y hueso, que tanto te han dañado. Ya es tiempo de vivir. Ya es tiempo de sentir. 
No poseo poder alguno. Ni soy mago, ni hechicero. Ni brujo, ni chaman. Tan solo quererte quiero
Despierta mi niña
Es hora de abrir los ojos. 
El sueño ya creció. Se hizo mayor y voló. ¡Pero no te asustes! luz de miel. Miedos, fantasmas y reloj fueron solo ilusión. O quizás un embrujo, un embrujo de protección, preparado por tu propio corazón.
Nada has de temer, pues nada te amenaza. Mas no hay camino de rosas que no tenga espinas. Y forman parte de ellas. Alguna se clavara. Y nos dañara. Y entonces, si ocurre, debemos  recordar, que tenemos algo más fuerte, mucho más que el dolor que podamos provocar. Tu lo sabes, yo lo se. 

Se conjuga con el verbo  amar